Los Beatles de Hamburgo vuelven a sonar
Un disco doble reúne temas grabados en la ciudad alemana antes de su éxito a escala mundial. Ringo no era aún del grupo, que contaba con Pete Best y Stu Sutcliffe.
En aquellos años, los Beatles intentaban hacerse un nombre en los locales nocturnos del barrio portuario de Hamburgo. Eran un quinteto. Aún no contaban en sus filas con Ringo Starr como batería. El grupo estaba formado por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Pete Best y Stuart Sutcliffe. Entraron en Alemania de manera ilegal, puesto que llegaron al país sin permisos de trabajo y de hecho superaron los trámites aduaneros haciéndose pasar por estudiantes. Una coartada que resultaba bastante creíble: sus edades oscilaban entre los 17 años de Harrison y los 20 de Lennon.
Durante el tiempo que los Beatles actuaron en Alemania, desde agosto de 1960 hasta diciembre de 1962, la vida que llevaron fue en muchas ocasiones bastante dura. Hamburgo, en la época en la que ellos llegaron, tenía fama de ser la capital europea del vicio y la delincuencia. Los de Liverpool tuvieron que dormir a veces en un almacén o tras la pantalla del cine Bambi al acabar las proyecciones, en una zona del marinero barrio de St. Pauli, donde se concentraba la prostitución de la ciudad.
No fueron estos sus únicos problemas. Harrison fue detenido y deportado a Gran Bretaña por ser menor de edad y McCartney y Best corrieron la misma suerte tras provocar involuntariamente un incendio en el club donde actuaban.
Pero todo aquello compensaba. El grupo, que llegaba a tocar hasta siete y ocho horas cada día, ganaba cerca de 100 libras a la semana, con lo que, descontados los gastos de representación, conseguían unas 15 libras por semana cada uno. Fue esta la razón por la que el padre de Paul, que no llegaba a ganar aquella cifra, y la tía y tutora de Lennon, Mimi Smith, permitieron a los adolescentes viajar hasta Alemania.
En cualquier caso, de lo que se trataba era de tocar cuanto más mejor y, por supuesto, redondear los ingresos siempre que se podía, por eso cuando Tony Sheridan llegó a Hamburgo para tocar en el Top Ten Club y les propuso que le acompañaran, los Beatles no lo dudaron.
Los conciertos que dieron juntos son auténticas joyas de coleccionista y tanto John como Paul no tuvieron ningún empacho en declarar que aprendieron mucho tocando con Tony Sheridan a quien cariñosamente apodaban Teacher.
A su regreso a Gran Bretaña, Sheridan contrató a un nuevo batería para su banda, Ringo Starr, por entonces un novato, que consiguió muchas tablas actuando junto a Tony y, casualidades de la vida, cuando los Beatles consiguen grabar su primer disco como tales, su productor, George Martin decidió el cambio de batería. Entraba Ringo Starr y Pete Best quedaba fuera.
Nostálgicos empedernidos y beatlemaniacos impenitentes están ahora de enhorabuena con este disco que también incluye dos temas originales de los Beatles: Ain’t she sweet, cantada por John Lennon, y Cry for a shadow.
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