miércoles, 23 de noviembre de 2011

impreso.milenio.com

McCartney cantaba boleros

El camaleón peripatético

Luis Miguel Aguilar

El camaleón repara en que Paul McCartney era el más camaleónico de todos los Beatles a la hora de los gustos musicales y del abanico para componer.

Entro al cuarto donde escribo y me encuentro al camaleón peripatético sentado ante la laptop y como con juguete nuevo, en un youtubear incesante.
—Es que te traía un muy útil artículo de Jaime Almeida (MILENIO Semanal, 14/11/11): “Los maestros de Los Beatles”. Repasa las “influencias y modelos” de aquel Orfeo de Cuatro Cabezas como les dijo, no sé si un poco cursimente pero no sin merecida exactitud, el poeta estadunidense Allen Ginsberg. Por Almeida me entero de que “la discografía oficial de Los Beatles incluye 62 canciones escritas por otros”; el más grabado fue el formidable rockero Chuck Berry con ocho temas, entre ellos “Roll Over Beethoven”, con la primera voz de George Harrison, que Almeida considera “el mejor cover en la etapa inicial del grupo”. Pero me tienes aquí dándole al YouTube porque Almeida ofrece además el agradecible servicio de incluir las direcciones para encontrar algunos de estos temas en la red.
—Entonces, un favor, camaleón. Entra al sitio: warch?v=yLgpy9FBxaw. Quiero ver si es la misma.
Mientras, sigo leyendo a Almeida: “(entre las canciones escritas por otros) se encuentra ‘Bésame mucho’, de la compositora mexicana Consuelo Velázquez. El tema se grabó en una audición para la compañía Parlophone, el seis de junio de 1962, en el estudio de Abbey Road. Aquella tarde, Los Beatles grabaron cuatro canciones: ‘Love Me Do’, ‘P.S. I Love You’, y ‘Ask Me Why’, originales de Lennon y McCartney, que luego volverían a grabar para el álbum ‘Please Please Me’, además de ‘Bésame mucho’. De las cuatro sólo esta última sobrevive en cinta y ofrece una divertida impresión auditiva de la juventud del grupo. Los Beatles tocaron el tema con habilidad y brío. McCartney en la primera voz se esmera para que la canción de la mexicana suene de manera convincente, pero no hay manera de sobreponerse a la falta de equilibrio entre la banda y el material”.
—Bastan en efecto, camaleón, los primeros compases del cover de Los Beatles a “Bésame mucho”, y el grito “chachabúm” repetido antes de que la voz de McCartney acometa la letra adaptada al inglés, para comprobar que es la misma publicada legalmente, supongo que luego de haber corrido tiempo largo en el mercado pirata, en el álbum The Silver Beatles, Vol. 1 (1983).
—¿Decepcionado? ¿Qué, esperabas el descubrimiento de otra versión? ¿Una más apegada al original? Cómo iba a ser. Sólo hay un “Bésame mucho” de Los Beatles, y es éste. Tu expectativa momentánea era infundada.
—Pues ni tan infundada, camaleón. Pudo existir tal cosa. Creo recordar que en algún momento de la películaLet It Be Paul McCartney, quién más, empieza a cantar “Bésame mucho” con absoluto apego al ritmo original, sin “chachabumes” ni ritmo carrereado como en el cover existente.
—Ahora reparo en que McCartney era el más camaleónico, a la hora de los gustos musicales y del abanico para componer, de todos Los Beatles.
—Pues sí, camaleón. Por ejemplo, varias canciones suyas como “Your Mother Should Know” o “When I’m 64” serían impensables digamos sin la influencia de Cole Porter.
—¿Recuerdas cuando en alguna entrevista le preguntaron, con el fin de trampearlo, qué música le gustaba? Era para que en todos los casos quedara mal si respondía ya fuera “Los Beatles”, o “el rock”, o la “música pop” o, peor aún, Bach o Mozart. Respondió: “La buena”.
—Ahora: no es casual que le encantara “Bésame mucho”. A la hora de componer, McCartney fue también el más bolerista de Los Beatles. Es sabido que en el tono “agridulce” de las piezas de Los Beatles él era el conciliador, el envolvente, el que rizaba el rizo; Lennon, en cambio, era el de la impaciencia, el que urgía a la decisión inmediata, el “una cosa o la otra” pero ya. Bien visto, Lennon habría sido bueno para las rancheras, pero McCartney cantaba boleros.
—Pero a ver. Hay una canción de Los Beatles, “If I Fell”, en su mayor parte escrita por Lennon, y cuyo equivalente en bolero según tú es “Poquita fe”.
—Sí, pero sería la excepción. Y aún así, “If I Fell” tiene su dejo de impaciencia: si me enamoro de ti, ¿no me vas a hacer lo que otros amores me han hecho? Y en cuanto entra la voz o la parte de McCartney, “If I Fell” se vuelve más tersa, solicitante de comprensión.
—Pues abur y vuelvo al peripato, pero antes: ¿cuál es la prueba fehaciente de que McCartney no sólo se sabía bien a su Consuelo Velázquez, sino que cantaba boleros?
—Esa prueba se llama “And I Love Her”, el gran bolero de McCartney y de Los Beatles todos. En la edición especial de Rolling Stone, “The Beatles. 100 grandes canciones”, se dice que “en sus primeros intentos (‘And I Love Her’) sonaba como una canción de tenue rock eléctrico, pero una vez que (Ringo) Starr cambió su batería por un par de bongos, comenzó a tomar forma”. En realidad, el gran detalle o efecto superior de las percusiones en la canción no se encuentra tanto en los bongós como en algo mucho más boleroso: las claves. Y la letra no incluye alguna vereda tropical, o algunas palmas dormidas, o algún mar decisivo o confidente, o alguna Señora Luna; pero qué tal el techo brillante de estrellas en uno de sus versos. Pocas cosas como un cielo estrellado para tener la certeza de que aquí hubo bolero.

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