La protectora del beatle calmo
El martes se cumplieron diez años de la muerte de George Harrison. Louise, su hermana, mantiene vivo por el mundo su legado y el de su banda, The Beatles.
ALFONSO CARBONE
Domingo 04.12.2011
La señora baja de la van que la transporta hasta el recinto donde van a brindar su conferencia de prensa los Liverpool Legends, de quienes ella es parte fundamental y quien la gente realmente espera. Camina con dificultad, pero con una sonrisa cómplice me mira y me dice, casi al oído: "¡No quiero que me vean con bastón!" Se ríe y camina orgullosamente hasta el lugar donde la prensa aguarda. Con su metro sesenta, esta pequeña dama mantiene intacto el fuego que tuvo en sus años jóvenes, en donde fue figura muy importante en la vida de George.
Ella nació en Liverpool, Inglaterra, el 16 de agosto de 1931. "Mis padres siempre pensaron que yo sería una estrella... ¡algo así como Shirley Temple!" Llega a Santiago de Chile como madrina/manager de una banda de homenaje a Los Beatles a la que descubrió en la ciudad en la que hoy vive, Branson, en el estado norteamericano de Missouri, una pequeña comunidad de unos 10.000 habitantes. Es Louise Harrison, la hermana mayor de George, quien dejó su país muy joven para radicarse con su esposo en Canadá primero, y en Estados Unidos definitivamente. Conoce bastante bien Latinoamérica ya que también vivió varios años en Perú, lugar al que llegó de la mano de la profesión de su esposo, relacionada con la minería. Esta es su segunda visita a la región.
"Siempre pienso cuánto se sorprendería y sobre todo cuánto disfrutaría George al ver el cariño que recibo de tanta gente en esta parte del mundo... Por sus compromisos nunca pudo venir cuando yo vivía en Perú, y estoy seguro que hubiera disfrutado mucho del afecto y el respeto que todos me han brindado en su nombre... Latinoamérica es un lugar con gente muy cálida. George y los chicos nunca captaron realmente el impacto que su música y su mensaje tenían en el mundo entero hasta muchísimos años después de disuelto el grupo..."
La conferencia de prensa comienza, las preguntas obvias no se hacen esperar. Ella responde con una sincera sonrisa y mucha calma. Treinta minutos después vamos a un canal de Tv local donde su banda, los Liverpool Legends, va a actuar para promocionar su próximo show. En la cafetería comenzamos tranquilamente una conversación que continuaría por los siguientes dos días y en la que Louise ayudó a calmar mi insaciable curiosidad sobre todo lo relacionado a la banda de George y a entender mejor a su hermanito. Es que Lou siempre se refiere a George como "My little brother".
inicios. "Yo recuerdo sus comienzos perfectamente, su alegría cuando empezó a tocar con los chicos, su desilusión cuando lo deportaron de Hamburgo. Pero la llegada del éxito la viví a distancia. Yo ya estaba en EE.UU. cuando Love me do empezó a hacerlos grandes en Inglaterra. Pero nos escribíamos constantemente y de esa manera estaba completamente al tanto del crecimiento del grupo y la alegría de mi hermanito".
La familia siempre fue algo muy importante para los Harrison y especialmente para George quien, a diferencia de Lennon o McCartney, vivió en un hogar estable. De hecho sus padres, Harold y Louise, contestaban personalmente, una a una, la ya importante cantidad de cartas de fans que comenzaban a llegar a su casa en Liverpool. Se denominaban a sí mismos y a sus fans la Harrison Global Family, y en cada carta firmaban "con amor de Mamá y Papá Harrison".
Louise vivía ya en Benton, Illinois, en el Medio Oeste, con su esposo. Brian Epstein, mánager de la banda y a quien Lou conocía de Liverpool, comenzó a pedirle consejos sobre cómo hacer para que la música de Los Beatles comenzara a sonar en EE.UU. Triunfar ahí era una obsesión para Epstein.
"Brian me enviaba discos promocionales todas las semanas. Yo solía recorrer las radios de la zona y decirles: `Hey, es la banda de mi hermanito, son número uno en Inglaterra, ¡deberían pasarlos!`, pero con muy poco éxito. Una radio en St. Louis me dijo que no llegarían a ninguna parte. Un día me decidí y le escribí a Brian una carta de catorce páginas explicándole mi visión de cómo era el mercado americano, y de cómo ellos debían buscar una disquera pequeña que los apoyara, lo que llevó a Brian a contactarse a través de EMI con Vee Jay, una independiente que fue la primera discográfica en creer en las posibilidades de The Beatles en Estados Unidos, y que para tener un impacto nacional debían lograr sí o sí presentarse en el popular show de Ed Sullivan".
George fue a visitarla en septiembre de 1963, y en esa visita tuvo un primer acercamiento con el Estados Unidos real. Los amigos de Louise eran profesores, mineros retirados, y todo tipo de gente común, cálida, típicos habitantes del Medio Oeste norteamericano. Se quedó 18 días en Benton, en donde aprovechó el trabajo que Louise había hecho con las radios locales, y la acompañó a una de ellas a presentar She loves you, en lo que la historia dice fue la primera vez que Los Beatles sonaron en la radio en ese país.
Sin dudas, George aprovechó el viaje a Norteamérica para poder comprobar si realmente Los Beatles podían replicar ahí el éxito de Inglaterra. Con muchas dudas volvió a su país natal tras ver que el increíblemente popular Cliff Richard (algo así como el Elvis Presley británico) era apenas un relleno en las matinés de los cines americanos. Sin embargo, el trabajo de Epstein dio resultados y en febrero de 1964 la Beatlemanía nacía con la llegada de la banda a Nueva York para actuar en el Ed Sullivan show, el más popular programa de variedades en la Tv en esos días.
"Estuve toda la semana con ellos. Hasta en el backstage de dos presentaciones para el show de Ed Sullivan. Todo era muy natural. Mientras se divertían, todo parecía estar bien. No creo que fueran muy conscientes de lo que estaba pasando. Obviamente Brian sí, pero George y los muchachos eran espontáneos y se divertían mucho. En esta primera visita a Nueva York nació el famoso apodo del `beatle tranquilo` referido a George (the quiet one). Y la historia es realmente divertida, porque si hay algo que George no era precisamente era ser un chico tranquilo. Tenía un gran sentido del humor y bromeaba constantemente, algo que hizo toda su vida. Pero al llegar a Nueva York George tuvo laringitis, por lo que debía cuidarse, no salir del hotel, y no hablar. Periodistas y fans le preguntaban cosas y George simplemente sonreía sin hablar. De ahí lo del `beatle tranquilo`. De hecho el médico que lo atendía, viendo el fanatismo y la histeria que despertaban en las chicas, me pidió que me quedara personalmente a cuidarlo, ya que no confiaba en lo que podía pasar con las enfermeras", ríe.
Pronto, el éxito de George, John, Paul y Ringo llegó a ser el que conocemos. Poco a poco, comenzó a hacerse más difícil para Louise ver a George, y para George soportar la fama, los viajes, los conciertos y el estilo de vida que esto conlleva.
"Lo vi en un concierto en Cincinatti, creo que en 1965, y mientras afinaba la guitarra le pregunté para qué lo hacía, si de todas maneras nadie iba a escucharla. Riendo me dijo: `Siempre tengo la sensación de que en algún momento van a dejar de gritar y yo voy a estar tocando desafinado`. Poco a poco, George fue cambiando mucho. Ya no era el mismo y estaba en algunos momentos rodeado de muy mala gente. Fue lentamente apartándose de todo y de todos, y encerrándose en sí mismo. Meditando, escribiendo música, pero lejos de lo que implicaba la rutina de las giras constantes. Fue el primero realmente en sentir que los Beatles ya no eran lo que él necesitaba. Es todo parte de un proceso, y para él Los Beatles ya no eran parte de lo que quería para su vida".
EN ESCENA. Al día siguiente, en el backstage del teatro en la previa del show de los Liverpool Legends, la producción instaló una serie de consolas y grandes pantallas con el juego Rock Band dedicado a Los Beatles. Los músicos, amigos, y esos personajes típicos de los backstages se divertían en grande. Lou disfrutaba de esto, y su sentido del humor apareció a pleno.
-¿Lo viste?
-Sí, es real... muy real. Tan real que en el momento en el que estás a pleno, divirtiéndote y sintiéndote parte de Los Beatles, ¡aparece Yoko Ono y desenchufa todo!
Risa general, y de ahí a prepararse para subir a escena. En uno de los cambios de vestuario de la banda, Louise sube al escenario a saludar a la audiencia y entregar su mensaje. Arropada en un emocionante aplauso de parte de un teatro completo de pie, una visiblemente emocionada Louise agradece y permanece unos segundos allí, parada, en silencio, contemplando los rostros de admiración y agradecimiento de una concurrencia que sabe que está frente a una parte de su propia historia.
"El mío es simplemente un mensaje de amor, el mismo que Mamá y Papá Harrison nos inculcaron. Ellos siempre le decían a los seguidores de George que les daban el abrazo Harrison, y ese mismo abrazo yo quiero hoy dárselo a todos ustedes. George está muy feliz ahora, dondequiera que esté. Y está acá, estoy segura. Su música y su mensaje siguen tan vigentes y presentes como en un comienzo. Todos somos uno. Todos estamos aquí para cuidarnos los unos a los otros. ¡Gracias!"
Envuelta en el cariño que el público de pie le brinda, se retira lentamente, de vuelta al camerino y a su infaltable botella de agua mineral. Esta vez sí, bastón en mano.
cuidadora. A la mañana siguiente volví a verla. Sentada junto a la piscina de un moderno hotel santiaguino estaba cansada, a punto ya de partir al aeropuerto, pero muy feliz.
"En sus últimos años vi muy poco a George. Hablamos mucho por teléfono, pero era realmente difícil reunirse con él. Su familia ponía muchas trabas y yo tuve la sensación muchas veces de que en los últimos días de su enfermedad él no era feliz viajando de un lado a otro. Él prefería quedarse definitivamente en su casa, en su jardín. Pero la distancia a veces confunde las sensaciones y esto no es más que eso", comenta. Su mirada está perdida en la montaña que asoma tras la piscina del hotel. Diez años han pasado desde el día en que finalmente el cáncer se llevó a George.
-¿Sentiste tristeza cuando George murió tan joven?
-Conociendo y compartiendo sus inclinaciones espirituales, realmente nunca estuve "triste" de que él abandonara este nivel de conciencia tan tempranamente como lo hizo. Tuvo suficiente de las frivolidades de esta existencia terrenal. Yo también siento preocupación por la actual situación del planeta, en donde el temor, la codicia, la apatía y el odio parecen prevalecer por sobre el amor, la amabilidad y la tolerancia. Espero que pronto la gente común se dé cuenta de esto y empiece a preocuparse y ocuparse. Tal vez entonces la sanidad y el amor prevalecerán.
Sin dudas la obra de George, magnífica y vigente a través de su etapa en Los Beatles, su trabajo solista, y sus distintas colaboraciones con otros artistas, especialmente con los geniales Travelin` Wilburys -banda formada a instancia suya y en la que compartió cartel nada menos que con Jeff Lynne, Tom Petty, el legendario Roy Orbison, y quien fuera tal vez su mayor guía, inspiración, Bob Dylan; este último además fue, junto con Eric Clapton, uno de sus mejores amigos- es dimensionada correctamente en el documental realizado por el magistral Martin Scorsese, el que nos ayuda a tener una clara visión del legado de George Harrison.
"Ciertamente el documental responde al alto estándar de todo el trabajo de Scorsese. Como la gran mayoría de los fans de Los Beatles del planeta sabe, en respuesta al pedido de mis padres, he pasado los últimos 48 años de mi vida agradeciendo, apoyando y respondiendo al amor y apoyo de estos fans de parte de mi hermano. En los primeros años, estuve presente o involucrada de alguna manera en muchas de sus aventuras. En ocasiones muy publicitadas tuve que `reportar` de modo de proteger la verdad y dar la versión correcta de muchas historias que estaban muy `embellecidas`. Fue siempre mi responsabilidad proteger la privacidad de mi hermano. Y nuevamente esta gran cantidad de personas saben perfectamente que siempre me negué a hablar de la única privacidad real que él tuvo: su infancia. Aunque ya no está aquí físicamente, yo consideraré siempre que esos primeros 20 años de su vida, y sus experiencias en esos años en los que nadie estaba interesado en él, están seguros conmigo. Así que ésta es la realidad. Como una hermana que estuvo ahí durante toda su vida, me siento complacida de que tanto el documental como el libro, aunque cuentan su historia, no han sido demasiado invasivos y muestran respeto por su deseo de que, en cierta medida, así permaneciera".
La despedida afectuosa y el "hasta pronto" la acompañan hasta el bus que la lleva de retorno a su casa en Branson y a su vida tranquila, sabiéndose parte de una historia sin fin, que sigue cautivando al mundo a casi 50 años de la aparición del primer disco de ese grupo que cambió para siempre el rumbo de la historia, con un mensaje cuyo eco aún resuena con fuerza y claridad en la intrincada simpleza de una obra de arte construida en apenas siete años, que todavía sorprende y emociona, y que vivirá por siempre.
Tarea de promoción y de reportera de la banda
Para promocionar la banda de su hermano en EE.UU., Louise Harrison no sólo hizo su trabajo en las radios, sino que también habló con una banda local, The Four Vests, para que George pudiera tocar con ellos.
"George hasta se compró una guitarra para poder hacerlo y yo les había pasado singles de los Beatles para que los Four Vests aprendieran alguna canción y así George se unió a la banda para un show en el VFW Hall, en Eldorado, Illinois, en lo que fue la primera actuación de un beatle en América".
la hermana, una estrella. Tras su desembarco en EE.UU. y ya de vuelta en Benton, la beatlemanía desatada cambió la vida tranquila de Louise, quien pasó a ser la hermana de un beatle, una celebridad sin quererlo.
"¡Se escuchaban todo tipo de historias increíbles en la radio! Un día escuché en una emisora de St. Louis -la misma que me había dicho que los Beatles no llegarían a ninguna parte- que la esposa del embajador británico había tirado a Ringo al piso y le había cortado un mechón de pelo. Ante tamaño disparate decidí llamar a la emisora. `¿Van a decir la verdad?`, les pregunté. Sabiendo que yo era la hermana de George me dijeron que fuera a la radio y contara yo la verdadera historia. `De ninguna manera`, les dije. ¡Solo soy una ama de casa! Corrigieron la historia y unos días después me llamaron para pedirme que fuera a la radio. El interés por los chicos era ya tan enorme que me solicitaron que preparara pequeños espacios con noticias sobre el grupo. Me dijeron que necesitaban 10 semanales y que me pagarían; 17 dólares por minuto creo que me pagaban (ríe). Lo hice. Tras casi dos meses dejaron de emitirlo y ¡fue tal la cantidad de cartas que llegaron a la radio, que tuvieron que volver a contratarme! ¡Esta vez por 30 dólares! (ríe nuevamente)".
Hasta un disco se publicó con la historia beatle de Louise, un álbum que es hoy una casi inconseguible pieza de colección.
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