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Muere EMI: el legendario sello de The Beatles y Pink Floyd
21 de noviembre de 2011
The Beatles
21 de noviembre de 2011
Foto: Getty Images
El 11 de noviembre de 2011 quedará marcado en la historia de la industria musical como el fin de una era. A partir de ese día el legendario sello británico EMI dejó de existir como una de las cuatro multinacionales del rubro en el planeta, al ser absorbida (previo pago de 4.100 millones de dólares) por el grupo francés Vivendi, dueños de otro grande: Universal.
Fundada en 1931, la Electric and Musical Industries dejaría de funcionar como compañía en los próximos días, aunque nominalmente (y según los primeros reportes) el nombre se mantendría como subsidiaria de Universal, que a su vez se convierte en el ente más poderoso de la industria de la música grabada en el planeta, por encima de los otros dos gigantes restantes, Warner y el conglomerado Sony/BMG.
Para muchos, el fin de EMI (casa de los Beatles, Pink Floyd y David Bowie, entre otros ilustres) es el verdadero comienzo de la era posmoderna en el negocio. Al anunciado fin de la venta de compact discs en 2012, la industria espera sumar nuevas estretegias tomando en cuenta el nuevo escenario. El desarrollo de las descargas digitales, los servicios de streaming y la probable instauración del sistema “360 degrees” (que ya aplica Warner y que consiste en participar, además de lo musical, de las ganancias de los artistas por conciertos y merchandising) serían medidas que se dan por descontadas en el futuro del negocio.
El diario “The Guardian” apunta que las discográficas independientes se opusieron de inmediato a la “absorción” de EMI por parte de Universal debido a la concentración tiránica del mercado que supondría, solicitando la intervención de la Unión Europea para que la operación no se concrete. Además el sistema 360 es ampliamente resistido por los artistas, que ven cómo su rango de acción se hace cada vez más estrecho.
Uno de los temores principales es el futuro de Abbey Road, mítico estudio de grabación que usaron The Beatles y Pink Floyd, y que pertenece a EMI desde su creación. “Los estudios Abbey Road son un símbolo de EMI y la cultura británica... Universal está comprometido con preservar el legado cultural de EMI y su diversidad artística”, aseguró esta semana Lucian Grainge, CEO de Universal.
Aunque gozaba de los éxitos recientes de Coldplay y Katy Perry, EMI venía de una gran crisis financiera que llevó a los conglomerados Terra Firma, primero, y Citigroup, después, a tomar el control desde 2007. El desfile de ejecutivos venidos del mundo de la tecnología o los alimentos no cayó bien a los artistas históricos de su catálogo. Algunos, como Mick Jagger, fueron abiertamente críticos de la administración, justificando así la partida de The Rolling Stones a Universal. Hoy el destino vuelve a juntar su catálogo bajo el mismo paraguas.
“Este es un paso muy positivo y recibo con agrado el hecho de que EMI vuelva otra vez a ser regentado por gente que realmente lleva la música en la sangre”, dijo Jagger en un comunicado.
Dentro de los puntos positivos que tiene el nuevo escenario es que allanaría el camino para un gran sistema de streaming (música on demand) que tenga por fin acceso a un catálogo casi universal de artistas. Hasta ahora, sitios como Spotify, Grooveshark, Soundzit o Deezer cuentan con un gran número de licencias, pero usualmente uno de los conglomerados grandes se rehusaba a participar. Hoy es más probable que los tres grandes opten por un sistema común.
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